Patrimonio inmateria lde Eulz, Navarra.Sansón

Antaño, en Eulz se les contaba a los niños o se comentaba jocosamente, que la Peña Azanza era una piedrecilla que se le metió a Sansón en la alpargata. Al sacudirla cayó junto a Echávarri, en el mismo lugar que actualmente ocupa. Este mismo relato legendario es compartido con el pueblo de Abárzuza, pero aquí, según me narraron, el calzado sacudido era una albarca.

Todas las mitologías europeas presentan la figura de gigantes en su configuración y naturalmente, la vasca también. Nos equivocaríamos enormemente si juzgáramos esta presencia de Sansón como algo casual, como una curiosidad derivada de la lectura de la Biblia más lúdica o de un cuento ocasional. Nada más lejos de la realidad. Estos personajes gigantescos se conocen en Navarra con distintos nombres: Gentiles, Roldán/Errolan, Sansón, etc., y presentan una gran distribución. Aunque poseen algunas diferencias, son más numerosas las características comunes, ya que tienen el mismo origen mítico.

Que Sansón se dedicaba a lanzar grandes piedras a enormes distancias, lo atestiguan las numerosas piedras o sansonarris, atribuidas al gigante, y repartidas por el territorio de Euskal Herria, La Rioja o el Pirineo aragonés. Relatos procedentes de Zestoa, Zegama, Segura, Hendaia, Tolosa, Idiazabal, Askain y Urnieta, comparten con este rincón de Tierra Estella la vieja creencia en el gigante bíblico, y el relato de su empeño en arrojar grandes piedras. Parecida versión a la de Eulz y Abarzuza la encontramos en Oiartzun, donde consideraban a la masa rocosa conocida como Peña de Aya, producto de un lanzamiento de Sansón (Barandiaran, 1975).

Parece evidente que los cuentos sobre estos personajes mitológicos son arcaicos, aunque sus nombres actuales no lo sean. En principio, estas leyendas son comunes al conjunto de la población, pero las capas sociales más altas, que se van nutriendo de otros referentes culturales, ejercen un papel distorsionador aportando otras denominaciones más “cultas” que suplantan los nombres originales de estos gigantes, los cuales nos resultan prácticamente opacos en la actualidad.

sANSÓN

En el vecino valle de Yerri, entre Azkona y Arizaleta, se sitúa la ermita de santa Catalina que muestra su magnífica factura románica, de hacia 1200. Una de las ménsulas del alero, muestra la parte superior de un hombre que eleva su mano diestra hasta el ojo, estirando el párpado inferior hacia abajo. Su otra mano porta una esfera en la cual hay grabado un texto complejo, que ha sido interpretado de diversas maneras, al igual que el personaje. Una de las hipótesis interpreta, que la figura humana tallada representa a nuestro Sansón mitológico (Colomo, 2009) y el texto lo transcribe como Sanso harria (piedra de Sansón). Para otros, el representado es uno de los canteros artífices del edificio, a pesar de que el personaje no muestra ningún elemento específico del oficio que guíe hacia esa suposición. También se interpreta que esta figura representa a Dios Padre, pero el aspecto jocoso de la efigie, labrada por unos artistas que presentan un dominio pleno de la iconografía y de la técnica, desaconseja esa interpretación, ya que resultaría irreverente plasmar la idea de Dios con esa imagen. Otra versión apunta que el personaje es sencillamente el Sansón bíblico y lo que lleva en la mano es la rueda de molino que fue obligado a mover tras ser cegado por los filisteos. Este último supuesto casa bien con la iconografía de Sansón, pero la esfera de santa Catalina no se asemeja a una rueda de molino y el texto aclaratorio grabado en ella indica que la interpretación de la imagen encerraba cierta complejidad que debía ser explicada. En cualquier caso y dada la pericia de los canteros en el uso de las proporciones, parece que el tamaño de la esfera nos indica que el personaje es un gigante.

El Sansón representado en la imagen, es una interpretación culta de los gigantes protagonistas de ciertas leyendas populares que circulaban por el territorio y su efigie muestra una iconografía diferente de la tradición bíblica. Por lo tanto, es muy plausible que la piedra que lleva en la mano, sea el objeto arrojadizo de un juego de lanzamiento. Un uso similar a lo que recogen algunas leyendas locales (Argandoña, 1994), ya que la imagen señalándose el ojo, avisándonos de su puntería, es clara en ese aspecto.El juego de la calva es un antiguo juego de lanzamiento que ha permanecido en esta zona hasta el S. XX. Al igual que las dos grandes piedras del paraje de Lizarrate, en Abárzuza, son atribuidas a Sanson jugando a dicha diversión, la toponimia nos ha dejado por el entorno, varios lugares relativos a este juego, que fue muy practicado por la población de la zona. Los actuales parajes denominados Kalbajoku en las localidades de Goñi, Vidaurre e Iruñela, Kalbatxoko en Muzki y el lugar conocido como el Juego (de la) Calva situado en la Planilla Alta de Yerri, evidencian la gran popularidad del juego y su antigüedad.

Finalmente, de la misma manera que es una simpleza considerar como ocurrencias momentáneas las narraciones que nos ha legado la tradición oral, tampoco debemos considerarlas como un legado inmóvil desde la noche de los tiempos. Son variadas las influencias que van modificando el imaginario popular, aunque ello no impida cierto rastreo del ciclo cultural originario. Además de los lógicos cambios de mentalidad, es muy considerable la influencia de los poderes religiosos y civiles, es decir, de la gente con otros referentes culturales, aunque muchas veces se redujera a una superficial “cultura libresca”. Por ejemplo, en la ermita de la sierra de Lokiz la suplantación de la figura de san Cucufate por la actual de Santiago, hizo que surgieran varias leyendas sobre indeterminadas batallas contra los moros, e intervenciones milagrosas del santo. Todo ello originado por los sermones de los predicadores que se contrataban para honrar las festividades importantes. Salvando las distancias, algo parecido ocurre con la figura de Sansón, que nos llega como la forma erudita de una creencia anterior.

BIBLIOGRAFÍA.

ARGANDOÑA, P.

1994 Leyendas y cuentos de Lezaun (Navarra). Cuadernos de Sección. Antropología-Etnografía II, 71-118.

BARANDIARÁN de, J.M.

1975 Obras completas.

COLOMO, K.

2009 Sansonarriren kondaira Azkoako Santa Katalina baselizako irudi batean. C.E.E.N. nº84, 5-24.

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