Ruta nacedero de la Venta (Zunbeltz)-Dulantz-piedras calzada- Zanabe
Ruta Venta Zunbeltz
Ruta circular: 10,3 kms
Tiempo estimado: 3 horas
Desnivel :453m
Iniciaremos esta ruta desde el aparcamiento situado junto a las ruinas de la antigua Venta (de) Zunbelz.
Desde la desamortización hasta principios del siglo actual, este lugar fue de propiedad particular y con anterioridad perteneció al monasterio de Iratxe. Como reminiscencia de ese pasado monástico tenemos las llamadas Bordas de Iratxe y la festividad de san Benito, ya que en ese día se celebraban las antiguas fiestas de la venta Zunbelz. Tras su adquisición por el Gobierno de Navarra, se optó por derribar la Venta y sus edificios auxiliares, quedando un triste remedo de ruinas consolidadas, donde aún se puede apreciar claramente el pequeño edificio religioso, con su orientación este-oeste y esquinas con buenos sillares..
Tras un recuerdo respetuoso, bordearemos la finca cerrada que queda a nuestra izquierda y cogeremos el primer camino que se nos ofrece y de menor fuste que el principal. A unos trescientos metros pasaremos una alambrada por un paso de escalera y enseguida accederemos a una pista de reciente creación. Seguiremos la pista hacia el norte y enseguida veremos que baja hacia la pista un torrente seco. Ascendiendo por los costados de ese cauce, veremos que va adquiriendo humedad hasta llegar a lo que se conoce en la zona como el Nacedero de la Venta. Esta preciosa fuente en la roca ha sido el motivo de que el lugar haya tenido vida permanente y apareciera en la documentación desde un lejano siglo XII.
Tras este desvío, volveremos hacia el este buscando el fondo de la vaguada y siguiendo cualquiera de las sendas de animales que se intuyen entre el orbel (hojarasca) y que serpentean entre acebos y aguines (tejos) Como la vaguada termina en un cul-de-sac, en su tramo final ganaremos altura por la ladera izquierda, hasta encontrarnos con el camino principal que sube por nuestra izquierda y al que nos uniremos poco antes de llegar al portal que separa el antiguo terreno de Zunbeltz con los terrenos privativos de Abárzuza.
Todavía nos faltará un poco para llegar al collado y ahí, siguiendo las señalizaciones, accederemos a la cima de Dulantz por el paraje de Portandia. En este tramo final veremos como a nuestra izquierda queda otro alto, en el paraje conocido como la Nevera.
El retorno lo iniciaremos por la vaguada situada entre Dulanz y este alto, por la vaguada llamada Portutxikia. Es un descenso rápido que nos lleva hasta los rasos donde veremos las llamativas piedras calzadas, producto de las diferentes resistencias a la erosión. Estas figuras curiosas motivaron que un poco más al sur, en la zona deIturkaiza los tres pedruscos de forma redondeada allí ubicados, se conocieran en la tradición oral de Lezaun como las Calvas de Sansón, ya que el titán usó de esas moles para jugar a este juego de lanzamiento y puntería.
Nos desviemos o no hacia las Calvas, inexcusablemente nos dirigiremos, ascendiendo suavemente hacia el este, a buscar la pared que separa los términos de Abarzuza y Lezaun y donde veremos fácilmente las ruinas de las Bordas de Zanabe. Antiguos corrales para acubilar borros (carneros capados de raza merina) nuevamente la tradición oral de Lezaun asegura que el paraje donde se ubican les perteneció y que lo cedieron a algunos vecinos de Abarzuza, a quienes las familias más pudientes, no dejaban construir esas bordas en el común.
El ligero desvío que hace la pared y una clara muga, con su cruz en la testa, al oeste de las bordas, atestiguan que no debiéramos desechar ese relato. De las indudables contraprestaciones no ha quedado recuerdo oral y no sabemos si lo hay de forma documental.
Desde ahí el retorno es sencillo y, al cruzar el portal que nos introduce en la Venta, bajaremos por el camino principal, que nos lleva hasta la venta cruzando el alambrado junto a la antigua borda conocida como Pendetxea.